2013/05/24

El general Castaños, héroe español

NOTICIAS DE GIPUZKOAn argitaraturiko artikulua 2013-5-21

El general Castaños, héroe español

Martes, 21 de Mayo de 2013 -

Resulta muy sospechosa la falta de interés en saber lo ocurrido o por lo menos rescatar la verdad histórica
UNA de las figuras históricas vinculadas al incendio y masacre de Donostia en 1813 fue el general Francisco Javier Castaños, duque de Bailén. Y matizo lo de vinculado, porque no consta que estuviera presente, participara o emitiera orden alguna. Al menos, de forma oficial y contrastada. Pero, como explicaba el historiador José Antonio Azpiazu, también la rumorología forma parte de la historia. Otra cosa es cómo se analizan o valoran estos rumores que alcanzan tal intensidad que pasan al registro documental. Siempre podemos adoptar la cautela de aquel gallego que afirmaba no creer en las meigas. "Pero haberlas, haylas".
Como en este caso no se trata de iniciar una caza de brujas, digamos que la intervención de Castaños en la destrucción y castigo de Donostia es cuando menos controvertida. No hay, como apuntaba antes, la menor constancia escrita. Pero debía de ser un personaje de traca, porque despierta las filias y fobias más desaforadas, y remueve los demonios de unas y otras tendencias.
A mi modo de ver, son razonables algunas de las conjeturas que acusan al general de la venganza. Es comprensible que se adjudique a Castaños la "orden de abrasar la ciudad y matar a todos los habitantes", según explica José Antonio Aguirrebarrena, testigo y superviviente de la matanza, o el Presbítero Beneneficiado don José Ramón Echanique ("orden del Señor Castaños para reducir a cenizas la ciudad o pasar a cuchillo a todos los habitantes"), según rezan sus declaraciones. En parte, porque lo escucharon de boca de soldados y oficiales que realizaron la masacre -se podría especular sobre quién difundió esos rumores entre la tropa-. Pero también en parte porque Castaños era en esas fechas presidente del Consejo de Regencia, es decir, la máxima autoridad en ausencia del rey. Y eran de sobra conocidas sus escasas simpatías hacia la foralidad vasca, con la que había tenido roces muy específicos en los tiempos de la guerra de la Convención. El Ayuntamiento donostiarra, en su Manifiesto de 1814, se hace eco de esta vox populi.
Lo que no es tan razonable es la defensa a ultranza de los partidarios de la inocencia de Castaños, que lo describen limpio de polvo y paja, cuando el general de marras no era más que otro militarote español, de la época agónica del imperio, y actuó en una contienda en la que la población apenas contaba más que como botín de guerra. El nacionalismo hispano defiende a sus héroes a capa y espada.
El debate está servido. Y no tanto por la fiabilidad de los argumentos contrapuestos como por la inconsistencia de los mismos. Así, se esgrime la venganza española por la traición de Gipuzkoa, que pretendió pasarse a la Convención francesa y recuperar su independencia en la última guerra. O quienes achacan la violencia al desmán de la tropa escocesa, olvidando que la milicia va donde la mandan, y el incendio de Donostia tuvo poco de casual. Por el contrario, resulta muy sospechosa la falta de interés en saber lo ocurrido, depurar responsabilidades o por lo menos rescatar la verdad histórica. Como explica la historiadora Lola Valverde, de Eusko Ikaskuntza, lo más sorprendente de aquel acontecimiento es que no se ha investigado apenas.
El documental Donostia 1813. Víctima de tres imperios, que ha realizado Nabarralde para el Ayuntamiento donostiarra, aborda estos debates. El historiador Xoxé Estévez resume las razones de la masacre y el incendio en una frase magistral: "En las dos guerras Gipuzkoa fue una mera paciente de tres imperialismos. Uno emergente, el francés, otro consolidado desde 1714, el británico, y otro en decadencia, el español".

2 comentarios:

  1. Anónimo10:53

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  2. Badago kronika bat, setioaren inguruko lekuko batek idatzirik, zeinetan esaten den Castaños abuztuaren erdiandera, ejertzitoak berak, agintetik kendu egin zuela eta Donostiako setioan ezin izan zuela parte hartu, hemen ez zegoelako (orain dela gutxi ezagutu den dokumentua da). Bestalde, ez da ahaztu behar Castaños euskaldun familia baten ondorengoa dela.

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